Vivencias del 16/12/09: Descompresión mental

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Esta mañana me desperté antes de la hora. Por lo visto tenía hambre y un dolor de la leche por el periodo.
Sí, soy de esas afortunadas mujeres que tienen dismenorrea, y se alegran en estos momentos de ser mujer. ¡Ou yeah, yo me alegro!
Aclaraciones aparte, tuve que tomarme un Antalgin (o como se llame la señora pastilla), y quedarme acostada hasta las 9:10, momento en el que tuve que levantarme para prepararme e ir al instituto a hacer un mortal y asesino examen de filosofía. De Platón, ni más ni menos.

Llegué toda resoplando a clase, y en vez de tardar como suele hacer el profesor... No, llega puntual. ¡Ouch!
Medio dolorida y apollardada, empecé con el examen. Tardé dos minutos en darme cuenta qué escribía, y cuando me di cuenta...
¡¡ARG!!
Así que imaginad. Una pena de examen. Me dejé cosas y no me daba tiempo a otras tantas. Mejor ni recordarlo...
Perdímos el recreo con el examen, y después tuvimos historia del arte (es una asignatura perenne). Vimos diapositivas de un examen que ya hemos hecho (eso se llama efectividad), y el ordenador hacía un ruido mágico cada vez que pasaba una diapositiva. Y a estas alturas del curso, se da cuenta la profesora de que no tiene nuestros datos, ni dirección ni nada.
Y yo tengo una duda, ¿por qué piden la profesión de los padres? ¿Es que esperan que pongamos cocaínero o algo así?
Total, después latín (el examen que hice voluntariamente ha sacado una nota más baja de la que esperaba, creo que aquí hay tongo) e historia, que me puse la bufanda a modo de almohada y mi profe Patatito (desde el cariño) me miraba mal (sí, todos me miran mal xD).
Para llegar a casa he de pasar una  ginkana de obras y charcos embarrados, toda una maravilla. En esta ciudad a nuestro excelso alcalde le da por cambiar calles que están perfectamente, pero eso supongo que ocurrirá en todos lados.
Una vez en casa me metí en el brasero (no literalmente) y después de hacer todo lo necesario para conservar la vida (comer y esas cosas), estudié lengua.
Oh, sí, literatura de la posguerra. Cela, Delibes, Laforet, Gaite, Matute, Ferlosio y más gente. De esos señores creo recordar que únicamente he leído El Camino de Delibes, y no estaba del todo mal, con Daniel el Mochuelo y el Tiñoso. Según mi profesora de lengua, "no sabemos apreciar la literatura si no es toda la fantástica y juvenil de ahora". Y nos lo ha dicho como mil veces... Tantas veces como que a Benito Pérez Galdós le llamaban Benito El Garbancero, porque contaba las cosas de la gente pobre; o que la Celestina era de todo menos celeste. Y el momento cerdo come oreja de niño pequeño en La Familia de Pascual Duarte...
Genialidades made in Mercedes.
Poco más por hoy. Hablaré de dos de nuestras deidades, las que dan nombre a la url del blog: Tutatis y Amenofis IV.
-Este Tutatis es rubio, con una nariz bastante ganchuda y siempre con expresión similar a esta D:. Lleva el pelo recogido en trenzas, y los coleteros son patatas. Lleva un casco con cuernos, typical vikingo.
-Amenofis IV (también existen los tres anteriores) es nuestro dios preferido. Posee una barba en forma de trompa, una cinta con un rombo en el centro de la chola y y unas orejas bastante visibles. Su cara es .___., es la expresión de la perfección.
Pondré dibujos de ambos cuando los escanee.
Y una anécdota ocurrida ayer:
-Joder... La orientadora está siempre embarazada.
-Sí, es que es mamá conejo...

Por supuesto, lo de mamá conejo es la parte de La Faraona. Inigualable.
Recordad: quedan 2 días para Avatar, quien no vaya a verla... No es persona.

Misteriosamente, ayer y hoy la primera canción escuchada ha sido "Colores en el viento", de la BSO de Pocahontas. Así soy yo.

Que tengáis buenas vivencias, nos vemos en la próxima entrada.

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