El sueño de hoy: el pueblo de los misterios

martes, 19 de enero de 2010

El sueño de hoy tiene tres capítulos, aunque todos ocurren en el mismo lugar: un pueblo típico de campo, de calles de piedra y plaza en el centro.
Mi compañero de fatigas es Pedro, y una furgoneta de color azul (más o menos del color del blog) que tiene cierta reminiscencia a Austin Powers xDD.
Primera parte:
Estamos Pedro y yo en el pueblo, yo metida en la furgoneta y él por fuera. Nos enteramos de que está habiendo gente herida en extrañas circunstancias. Algunos se quedan tuertos, a otros les hieren los brazos... Una serie de personas que no parece tener relación alguna entre sí.
Entonces, él y yo decidimos ponernos a investigar. Interrogamos a las personas damnificadas, y descubrimos que por lo visto una especie de bolsas que llegaron por correo explotan y les causa ese daño. Día tras día continuamos indagando, y entonces hallamos que todos tienen algo en común: pertenecían a una especie de asociación de amantes del diamante. Se reunían y veían nuevos diamantes descubiertos, compraban, vendían...
Más bien, eran ex-miembros.
Reunimos a todas las víctimas y sabemos que eran unos regalos de despedida del selecto club. Examinando lo que queda de los regalos, vemos que lo que dañó a la gente era una especie de diamante falso de cristal que estallaba con poco que se le tocase, provocando una lluvia de esquirlas que era lo que hacía el daño.
El malvado club de amantes del diamante no permitía que la gente se fuese de rositas xDD.
Segunda parte:
Estaba yo tumbada en una especie de sillón que tenemos dentro de la flagoneta, y Pedro en el sillón del conductor con los pies sobre el volante, leyendo unos mapas y algo más. De pronto, me dice que tiene una carta de un tío suyo, que ha muerto y le deja en herencia un montón de piedras preciosas de colección que tenía. Y, precisamente, dentro de los límites de ese pueblo.
En cualquier parte del pueblo.
Lo peor, es que los viejos del lugar se habían enterado también. E iban a buscar como posesos para encontrar la herencia del fallecido vecino. Se sucedieron días de búsqueda por todos lados... Canalones del agua, debajo de ladrillos y adoquines sueltos, observando aleros de tejados... Por todos lados.
Mas la herencia no aparecía. Nos dirigimos a una especie de bar de carretera muy decente que estaba todavía dentro de los límites del pueblo y entramos a pedir algo de comer.
Pedro empezó a charlar con el dueño del bar, al que no le interesaba la herencia, y nos contó que hacía días que había una manta azul enrollada en una de las cunetas de la carretera, y que por muchos camiones de basura que pasasen por allí ninguno lo recogía.
Nos lanzamos a la carrera, pero yo le dije que cogiese la furgoneta, así que volvió por ella. Yo llegué corriendo a la susodicha manta, y la desenrollé. Dentro no había nada. La cogí y la noté muy pesada, y cuando la meneé, sonaron las gemas chocar dentro de la manta. Dentro, literalmente.
Vi los viejos salir medio corriendo del bar, y llegar por la otra cuneta, a lo zombi. Pedro llegó con la furgo, y metí dentro la manta, colocándola en el sillón y por encima los cojines, para que no se notasen tanto las piedras. Llegó el primer viejo al vehículo, preguntándonos si habíamos encontrado algo, y le dijimos que... Algo había. Y el viejo va y se sube a la furgoneta, tan pancho, y dice que como recompensa lo teníamos que llevar al pueblo. Y luego llega otra, y otro, y dos más, y dicen que tenemos que llevarlos a todos. La vieja se da cuenta de que están las gemas dentro de la manta, pero no dice nada. Y al pueblo que tenemos que llevarlos.
La manta y la herencia de tía Ágata del tío misterioso de Pedro.
Tercera parte:
Esta vez estoy en mi casa, mi casa de verdad. Pedro me manda un SMS y me dice de quedar, y yo le digo que donde siempre. Cuando voy a salir cuál es mi sorpresa que veo que mi madre también se pertrecha. Me dice tras preguntarle que por qué no podía salir ella. Así que mando un SMS a Pedro diciéndole que cambio de dirección, ya que mi madre iba al mismo sitio.
Misteriosamente, coge el coche para ir al centro, pero una vez llegando al sitio, me explica que prefiere ir al pueblo. Al maldito pueblo gris y verde xDDD.
Nos metemos en una tabernilla que regenta el mismo tipo del bar de carretera guays, y yo me escabullo como puedo de la perenne presencia de mi madre.
Llego a una calle donde supuestamente había quedado con Pedro, y veo que está él mirando un escaparate... Con su hermano pequeño cogido de la mano.
Le doy un toque en la espalda y no se entera, así que me pongo a su lado hasta que me ve, asustándose. Me presenta a su enano hermano, que me mira con cara asesina, y Pedro me coge con la mano libre para llevarme a un sitio.
Llegamos a una especie de plazoleta de una sola salida, por donde entramos, que tiene una cascadilla y mucho musgo en la pared del fondo. Allí nos aguardan...
La madre, la hermana, el hermano grande y el padre de Pedro. ¡Arg, hale, ahí, todo de golpe!
La madre de Pedro me abraza y la hermana me habla como si yo fuera tonta (¿T_T?), el padre simplemente me saluda dándome un apretón en el brazo y el hermano grande me mira curioso. Me siento un poco mono de feria y muy descolocada, y de pronto escucho en mi retaguardia:
-Por fin los conozco a todos.
¡Mi madre! Literalmente hablando.
Por lo visto, estaban todos conchabados, hasta Pedro, para que se conociesen todos de golpe. ¡Pero esto qué es! ¡PERO ESTO QUÉ ES!
Total, que acabamos todos felices y contentos. El pueblo del conocimiento xDD.
Conclusiones:
-¿Por qué mi madre no conocía aún a Pedro y ya me voy de aventuras detestivescas con él?
-¿Cuándo ha aprendido Pedro a conducir?
-¿Por qué, teniendo Pedro esa herenciaca, no ha comprado una casa para los dos? ¬¬
xDDD, hale, ahí tenéis el tochaco.

Edito: El sueño de abajo es de La Faraona xD.

1 Comment:

Banisco said...

Los tres sueños estan en realidad conectados, en el primero los que mandan diamantes explosivos son los de Galeria del coleccionista, en el segundo mi tio es el lider de Galeria del coleccionista que esta forrao y lo mataron por mucho menos de lo que imagina, y en el tercero todos somos felices gracias al dinero de la herencia, muajajaja.